Cuando nos lanzamos a emprender, está claro lo que queremos. Primero asentar ese negocio, después crecer, conseguir que nuestro emprendimiento adquiera nuevos niveles, llegue a nuevos clientes; en otras palabras, escalar. El emprendedor ha de saber agarrarse con fuerza a la montaña, poner sus pies en suelo firme y después ascender. Pero para poder presumir de tener un negocio escalable hay que tener en cuenta varios aspectos.
Realmente cualquier negocio tiene potencial para crecer. Solo debemos saber cómo hacerlo. Como todo, cuando hablamos de emprendimiento, hemos de seguir una estrategia de escalabilidad en el caso que nos concierne. Debemos ser muy conscientes de qué es lo que vendemos, a quiénes se lo vendemos y a quiénes se lo podemos vender. Esto evidentemente implica un buen análisis y mucho trabajo. Como decía Albert Einstein, “el único lugar donde el éxito viene antes que el trabajo es en el diccionario”. La escalabilidad de un negocio tiene mucho que ver con que tengamos esto muy claro.
¿Qué es un negocio escalable?
Hoy en día ser responsable de un negocio escalable es el sueño de cualquier emprendedor. Por eso, a veces se utiliza este concepto alegremente, sin entender el trabajo que hay detrás. En realidad, este concepto podría definirse como aquel emprendimiento capaz de multiplicar sus ingresos sin incrementar sus gastos en la misma proporción. El sueño de cualquiera.
Un negocio escalable debería, pues, tener un potencial de crecimiento muy alto. Para ello es interesante que tenga la capacidad de internacionalizarse, de abrirse a mercados exteriores. Pero que a la vez, lo haga sin que esto suponga una reinversión importante en nuevas infraestructuras. Los negocios digitales, las start-ups que crecen en el mercado global de Internet, son los que guardan características más adecuadas para lograr la escalabilidad de un negocio. El coste, la inversión, ha de ser parecido sea cual sea nuestro nivel de ventas.
Sin duda hay muchos factores que pueden contribuir a que tu negocio sea rentable. Lo principal es tener un buen producto o servicio. Casi tan importante, es saber dar valor a tu marca, para que así genere una imagen positiva en el usuario. Otro aspecto muy importante es que consigamos mantener un control de costes, tanto fijos como variables. La combinación de todos estos aspectos, nos dispone en forma positiva hacia el crecimiento, pero por sí solo no hace que sea un negocio escalable.
Por ejemplo, aunque logremos un resultado positivo existen negocios que son por definición no escalables. Aquellos en que el nivel de ventas ha de ir acompañado por un nivel similar de gastos. Es el caso de los emprendimientos que implican invertir en nuevas infraestructuras cuando crecemos, adquirir o alquilar nuevos locales o contratar nuevos empleados. En este caso, si nuestros beneficios bajan, los gastos asociados a las nuevas inversiones permanecen.
¿Cómo hacer tu negocio escalable?
Cuando hablamos de un negocio escalable lo estamos haciendo de un emprendimiento que no crece de forma proporcional, sino exponencial. Pongamos un ejemplo. Si creamos una app y conseguimos que mucha gente se la descargue, aumentaremos nuestros beneficios, pero no tendremos que hacerlo en la misma proporción con nuestros gastos. Aquí te dejamos unas claves sobre cómo escalar un negocio:
Traza una estrategia de escalabilidad
Para garantizar la escalabilidad de un negocio debes haber analizado muy bien el mercado y desarrollado una estrategia que te sitúe en el lugar que quieres estar a corto, medio y largo plazo. Antes incluso de empezar y de reflexionar sobre cómo escalar un negocio, debes tener muy claro si realmente hay mercado para tu proyecto, si tienes los recursos para ponerlo en marcha y la capacidad tecnológica que pueda convertirlo en un negocio escalable.
Apuesta por sistematizar los procesos
Para que no se multipliquen exponencialmente los gastos con el crecimiento, es fundamental que tengas todo muy estructurado, que el negocio siga creciendo, aunque no estés presente y que esto no suponga una inversión importante adicional.
Consigue un equipo fuerte y de confianza
Como decíamos, un negocio escalable implica que no haya un gasto proporcional en gastos respecto a los beneficios, tampoco en la contratación de personal. Por eso, el equipo que forme parte del núcleo de tu empresa es el que te va a hacer crecer. Debe ser de tu máxima confianza y demostrar que puede desarrollar de manera autónoma los proyectos del día a día.
Apuesta fuerte por el marketing
Ya hemos comentado la importancia de la internacionalización para conseguir la escalabilidad de un negocio. Para hacer global nuestro emprendimiento hemos de dar a conocer nuestra marca con una estrategia de marketing global, que te lleve a nuevos mercados. SEO, SEM, blog, podcast y un esfuerzo constante de comunicación son también claves para el crecimiento y, además, no tienen por qué suponer una gran inversión.
Apuesta por la innovación
O más que por la innovación, por la imaginación. Porque, si queremos desarrollar un negocio escalable, la innovación ha de estar basada en la creatividad, no tanto en una inversión económica muy significativa. Conoce a la perfección lo que vendes y dale ese plus innovador periódicamente. La mejora continua es la mejor fórmula para que la escalabilidad de un negocio no se frene en el medio plazo.
Si quieres convertir tu negocio en un negocio escalable valora el hecho de incorporar métodos de pago flexible a tu comercio. Con ello, verás como aumenta de forma drástica los usuarios que acaban realizando compras en tu negocio ya que al aumentar las facilidades de pago que éstos reciben se aumentará el porcentaje de usuarios que convierten una intención en una compra. Ponte en contacto con nosotros si necesitas asesoramiento y nuestro equipo de expertos analizará tu caso de forma personalizada para ver cómo nuestros métodos de pago aplazado pueden ayudar a tu negocio.